Negocios, poder e impunidad
Cómo funciona el negocio de la explotación sexual en Mendoza
Se enteró que buscaban chicas en Mendoza por un aviso clasificado publicado un diario de su ciudad, Córdoba. Llamó y en pocas horas el dueño del lugar estaba a su lado. Le ofreció trabajo, agarró confianza y la obligó a tener sexo con él. En sólo un mes la percepción que tenía del lugar antes de aquel llamado cambió. Al principio alcanzaba con las amenazas de escrache en las redes sociales a través de fotos para que se callara. Luego pasaron a mayores: “a una chica le dijeron que si la encontraban en la calle la quemaban viva”, relató la cordobesa ante un fiscal. La joven pasó a ser Barby y bajo ese seudónimo le construyeron una vida en Mendoza: era prostituida, la amenazaron, quedó embarazada víctima de la explotación sexual y en el mismo prostíbulo le recomendaron un médico para abortar.
Nada de eso podrá sospecharse de la palabra VIP, siglas que dicen mucho más que ser una persona importante. Es bajo esa denominación que también se oculta uno de los negocios ilegales más rentables y corruptos de la actualidad: la trata de personas con fines de explotación sexual. Barby era ofrecida en el menú de mujeres de Pyme VIP, un local que fue el ícono de un negocio que sigue vigente, aunque mutó. Ese prostíbulo era regenteado por Sebastián Solé y funcionaba frente al Hyatt, el hotel más lujoso de Mendoza (es estatal y está concesionado). El lugar era cita habitual para el “entretenimiento” para hombres de alto poder adquisitivo. “Allí hasta se cerraban negocios grandes”, explicó un habitué del lugar. Las mujeres fueron captadas en Mendoza, Córdoba, Buenos Aires, Chile y Colombia, entre otros lugares. El propietario sumó un patrimonio millonario en un par de años y extendió su red a Chile.
Relaciones con el poder, protección policial y una rápida salida para lavar el dinero proveniente de esa actividad ilegal. Esas son las bases de la unidad de negocios que tiene la trata de personas y que en Mendoza funcionan aceitadamente. “El negocio de la prostitución corrompe. Le pasa a las fuerzas de seguridad, al poder político y también a Poder Judicial”, asegura Fernando Alcaraz, que es fiscal federal e investiga algunas de las causas sobre trata de personas. La forma de gestionar ese trabajo también está lleno de eufemismos. Las mujeres explotadas cobran un porcentaje de lo que recaudan. Ellas ponen el cuerpo, los abusadores (casi en su totalidad hombres) las reglas y obtienen casi todas las ganancias.
La captación
“Sos linda?”; trabajá con nosotros. “Necesitás salir de apuros”, trabajá con nosotros. Son algunos de los avisos publicados en los clasificados online y de diarios de distintas provincias del país en busca de captar mujeres para ser prostituidas en Pyme VIP de Mendoza. Puertas adentro del prostíbulo el trato no era tan amable. “Salida Tunuyán llegaron las culiadas”, decía el recordatorio en la agenda de Sebastián Solé, el dueño de Pyme VIP, que fue secuestrado por la justicia. “Fiama traérsela p/Mendoza”, aclaraba luego.
En la captación de las víctimas juega la necesidad de ellas, la tentación de ganar dinero rápido y luego los aprietes. Internet es el punto de captación, encuentro y promoción. Disfrazadas con pantallas de “escorts”, acompañantes y otros eufemismos, esa red se usa para gestionar el negocio. El sitio de Pyme VIP fue bajado. Pero entonces apareció “Escorts Mendoza”. También fue denunciado y allí todo mutó a “divinasmendoza.com”, promocionado en Napsix, el principal sitio de clasificados online de la provincia. Hoy, a pesar de la prohibición, los avisos de oferta sexual, siguen vigentes, lo mismo que las ofertas dudosas de trabajo. Estudiantes con problemas económicos; ellas son las más solicitadas por los captores.
En red
Aunque no todos los prostíbulos y “privados” sean de los mismos dueños, sí hay conexiones para garantizar protección del negocio. Así, por ejemplo, hay registros de movimientos entre uno y otro. En la causa de prostitución VIP se descubrió que algunas mujeres habían sido movidas de un lugar a otro. Fue el caso de una adolescente de Buenos Aires (se reserva el nombre) que fue captada por la red de Solé y era prostituida frente al Hyatt. Pero como era menor de edad, fue enviada a otro prostíbulo para evitar llamar la atención. Quien la recomendó fue el mismo dueño de Pyme VIP.
Esa sinergia es común aún entre distintas provincias y países. La ruta de tránsito de mujeres entre Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, la Patagonia e incluso Chile es fluido. “Muchas mujeres venían desde Mendoza. Incluso las colombianas que fueron halladas en San Juan habían venido engañadas con un supuesto trabajo en un restaurante, pero terminaron en prostíbulos. Hay mucha conexión entre las dos provincias”, explica María Arroyo, de la organización Foro No a la Trata San Juan. Ese grupo fue el que logró poner en relieve el tema al denunciar la red de prostíbulos que funcionaba en la región. Incluso con aval policial, político y judicial. De hecho muchos de los sitios contaban con custodia de la policía. “Eso es un mecanismo de amedrentamiento más. Había mujeres captadas, víctimas de la trata y en la puerta un policía, que es una amenaza para ellas. Nosotros denunciamos eso, pero en su momento no se avanzó”, dice Katia Troncoso, ex fiscal federal de San Juan. En esa causa se pidieron compulsas para investigar la connivencia policial y la red de captación de mujeres colombianas en Mendoza. Pero no avanzaron. “Sin duda hubo responsabilidad del sistema, por acción y omisión. La prostitución y la trata de personas es un tema naturalizado, que cuesta mucho cambiar. Si la policía les brinda custodia, también hay que imaginarse quiénes iban y van a esos lugares”, explica Troncoso.
En ese sentido, entre Mendoza y San Juan el contacto entre las organizaciones criminales que trafican con personas es aún más fácil. Alcanza con subirse a un colectivo o ir en vehículo particular. La corta distancia entre ambas provincias y los laxos controles en los límites lo hacen más sencillo aún. En el prostíbulo Luz Verde, por ejemplo, fueron halladas dos mujeres mendocinas que vivían allí. En Mendoza no había noticias de ellas, a pesar de que estaban a sólo 160 kilómetros. Es lo que le pasó a Lucía Rosario Gatica. Terminó en San Juan y bajo la “custodia” permanente de Mónica, una de las mujeres que regenteaba el prostíbulo la Luz Verde. “No salía nunca y si salía, lo hacía acompañada siempre de Mónica”, relataron los testigos. En ese lugar las mujeres eran obligadas a ponerse pulseras de colores para saber cuántos clientes habían atendido y, por lo tanto, cuánta plata debían entregar.
Como toda organización criminal, la trata de personas necesita coptar poderes. En San Juan y Mendoza no les fue difícil. Sebastián Solé, por ejemplo, guardaba en su computadora personal una foto a manera de trofeo: la imagen lo muestra adentro de un móvil de la policía de Mendoza, simulando ser un oficial más. Por las dudas, entre sus anotaciones tenía otro recordatorio: “Pagar milico”, decía. En la causa hay dos acusados: un policía federal y uno de la policía de Mendoza, además de un inspector municipal. Pero la red iría más allá. “No se manejan coimeando a un grupo. Prefieren tener coptados de a uno. Si cae uno, entonces tienen otro”, explicó un investigador. Por eso en la mayoría de las causas que avanzaron terminó actuando Gendarmería.
Prostíbulos clandestinos, departamentos en zonas residenciales, hoteles. La mayoría de los sitios donde se descubrieron casos de trata de personas no están escondidos, sino en pleno radio urbano y en el núcleo del poder de Mendoza. En el mapa están indicados algunos de esos lugares.
El nuevo negocio
La clausura de “locales de alterne” generadas por la ordenanza 3.887 en Mendoza y otras tantas similares en la región no terminó con ese comercio.
La actividad de los prostíbulos se trasladó a un ámbito más privado y difícil de controlar: los departamentos. Son cientos en todo el Microcentro mendocino y funcionan en edificios residenciales y comerciales. Si bien la prohibición les quitó parte del negocio a los proxenetas, les abrió otro. Gran parte de las mujeres que se ofrecen a través de Internet o los clasificados de los diarios se presentan como autónomas y propietarias de los inmuebles donde realizan la tarea. Pero en muchos casos son sólo pantallas. Se trata de inmuebles de alto valor que difícilmente puedan costear. “Es fácil. Subalquilan los departamentos y las hacen figurar a ellas como inquilinas en los contratos. Así van perdiendo el rastro”, explicó un investigador.
Los departamentos de la galería Independencia, en Lavalle 35 (en las torres norte y sur), las torres de galería San Marcos, incluso algunos de los pisos considerados VIP de plena peatonal Sarmiento, casi frente a la Legislatura provincial. También en calle Mitre, a pocas cuadras de Casa de Gobierno. Allí funcionan los nuevos prostíbulos. Cada tanto alguno es desalojado, pero son operativos esporádicos.
Esa trama fue descubierta claramente en San Juan, donde también se prohibieron los prostíbulos. José Valverde regenteaba a mujeres que eran prostituidas en departamentos de la avenida Rawson. Pero para perder el rastro les hicieron firmar contratos de alquiler a algunas de sus víctimas. Una de las mujeres explotadas figuraba como “encargada”, y se hallaron contratos de locación a nombre de las meretrices que allí eran explotadas. “De esta forma utilizaban una pantalla de “prostitución por cuenta propia”, lo que habría sido pergeñado por Valverde a los fines de tener coartada en caso de alguna inspección o allanamiento. Esta simulación habría sido mantenida por el encargado Pablo Pereyra, quien junto a Valverde instruían a las féminas sobre lo que debían decir en esos casos, dejando establecido que no debían nunca nombrarlos”, explicaron los fiscales en la llamada “megacausa” de San Juan.
Los contratos de alquiler y hasta compras fraguadas para usar como pantalla son comunes en esa industria ilegal. “Con la prohibición desaparecieron los prostíbulos, pero no la actividad. Le sacaron el negocio de las copas y el show, pero sigue el de la prostitución ajena en los privados, que son más difíciles de controlar”, asegura Fernando Alcaraz, fiscal federal y uno de los funcionarios que más ha investigado casos de trata en Mendoza.
¿Y los clientes?
Detrás de una computadora, un tal “Pepito” dice a sus seguidores. “Muy rica estaba hacen unos 10 años cuando llego desde el Sur queriendo estudiar para ser modelito. Se instaló primero en la Galería Independencia y después salto a los departamentos Alem . Te diría que en ese entonces estaba riquísima. Pero con el pasar de los años ya no es más la misma.. los años no vienen solos”. En otro punto de Mendoza “Gatero” responde ante el pedido de otro “cliente”. “El depto cómodo, lindo , hay dos gatitas ahí ella y otra morocha que también se veía linda , ya en la habitación me sorprendió lo mecánico del servicio… no voy a reincidir , la conocí y eso basta por que la actitud deja mucho que desear , onda de privado barato donde la chica te quiere sacar por q se viene otro cliente”. Por las dudas, a modo de conclusión otro amigo remata. “El dinero no hace la felicidad....pero ayuda a alcanzarla. Las mujeres son todas trolas, lo único que hay que tener es el capital adecuado para comprobarlo”.
Los comentarios son parte de uno de los tantos foros públicos que hay sobre prostitución. Hablan de mujeres, como si lo hicieran de heladeras, televisores o algún mueble.