El Crillón y “Derby”
Los prostíbulos en los que operaba La Chancha Ale
Cualquier persona que visite Tucumán, suba a un taxi y le pregunte al chofer por los prostíbulos de Tucumán, este le responderá “El Crillón”. Uno de los más viejos lugares de explotación sexual en la provincia, es tal vez una de las pocas organizaciones que aún no ha sido procesada por la Justicia.
El prostíbulo se encuentra ubicado en Bernabé Aráoz primera cuadra, a 600 metros de la plaza principal de San Miguel de Tucumán. Tras la sanción de la ley de Prostíbulos Cero se adaptó como hotel, y las mujeres que ejercieron la prostitución para estos regenteadores cuentan que son obligadas a trabajar en la calle y llevar a los clientes a ese hotel en los pocos horarios en que permanece abierto. Según relató una de las víctimas que estuvo en ese lugar, los dueños conocerían a la perfección el momento en el que habrá un control policial.
Un ex empleado del Crillón contó que el negocio era originariamente de Vilma Amanda Díaz. La mujer cumplió 80 años el 21 de noviembre pasado. Vive en Suipacha al 600. En esa cuadra tiene actualmente una despensa. A la misma altura de la calle paralela hacia el este, en Marco Avellaneda al 696, funcionaba el “Derby”, otro conocido prostíbulo de Tucumán que cerró sus puertas en 2012, y que también era propiedad de la mujer.
Vilma dejó hace varios años de ejercer el control activo de su negocio, al que habría llegado luego de haberse iniciado en el mundo de la prostitución cuando era joven. Estuvo relacionada con Rubén “La Chancha” Ale, el ex presidente del club de fútbol San Martín y propietario de una conocida remisería de la provincia. Ale tenía mujeres que trabajaban en la prostitución y que le tributaban a él. Esas mujeres eran entregadas al “Derby”, de donde el hombre se coparticipaba en las ganancias. En la jerga del mundo prostibulario, era un “marido”.
La vinculación de “La Chancha” con Vilma fue dejada al descubierto por Daniela Natalia Milhein, ex mujer de Ale y madre de su primera hija, hoy condenada por el secuestro para la explotación de María de los Ángeles Verón. Milhein conoció a Ale cuando tenía 16 años. “La Chancha” la llevó al “Derby” donde Milhein tuvo que prostituirse. Su siguiente destino, a mitad de la década del 90, fueron los prostíbulos de Irma Lidia Medina en La Rioja. Milhein declaró en el juicio oral en 2012 que Ale tenía varias mujeres trabajando en el “Derby”.
Rubén Ale siempre fue relacionado con la explotación sexual y la trata de personas. Su nombre fue mencionado en varias oportunidades durante el juicio del caso Verón. Sin embargo, "La Chancha" y sus abogados negaron esas vinculaciones.
El poderío que Ale supo acumular durante la década del 90, cuando manejaba una flota de más de 1000 remises, hoy está menguado. Ale está con prisión domiciliaria, acusado de liderar una asociación ilícita con fines de explotación sexual. Sufre obesidad mórbida, mal de parkinson, diabetes, entre otras enfermedades.
En red
La figura fuerte de esta organización hoy es Miguel José Lupercio, esposo de Vilma. Lupercio tiene 20 años menos que la mujer. El hombre es pariente de un funcionario del gobierno de José Alperovich, confirmó una fuente vinculada activamente al combate de la trata de personas.
De acuerdo a la documentación a la que se pudo tener acceso para esta investigación, “Derby” estuvo inscripto en la Dirección de Producción y Saneamiento Ambiental, que depende de la municipalidad de San Miguel de Tucumán y otorga los permisos para el funcionamiento de los negocios, como un bar de copas y su titular era Guido Nicolás Díaz. Cerró definitivamente en 2012. Antes operaba a puertas abiertas, y tenía una salida adicional hacia las vías del ferrocarril que pasan por detrás de la propiedad.
“Crillón”, por su parte, estaba a nombre de David Nelson Lequi, supuesto testaferro de Lupercio, quien está a cargo del cuidado de la finca que el proxeneta tiene en el departamento de Trancas, al norte de la provincia de Tucumán.
Pero además, Lupercio sería titular de dos propiedades en Termas de Río Hondo, de un galpón en barrio El Bosque de Tucumán (que también es propiedad de Vilma, según los registros inmobiliarios) y de las dos propiedades de Suipacha al 500. En la AFIP llegó a estar dado de alta como servicios de alojamiento y comida en hoteles y como servicios de financiación y actividades financieras. Esta última inscripción hace presuponer que Lupercio se dedica al préstamo de dinero, aunque se desconoce el movimiento de divisas que realizaría.
Hoy las puertas del “Crillón” están casi siempre cerradas. Cada tanto vuelven a abrir por pocas horas. A principios de 2012 Gendarmería Nacional realizó un allanamiento en el prostíbulo. Todas las mujeres que estaban en el lugar dijeron que ejercían la prostitución por su voluntad. Entre ellas, según consta en el acta que realizó Gendarmería Nacional, estaba la esposa de Víctor Rivero, ex cuñado de Rubén “La Chancha” Ale, como lo consignó el diario Clarín de mayo de 2012.
Sin dudas, los últimos allanamientos y la ley de prostíbulo cero obligaron a Vilma y a Lupercio a cambiar la modalidad de trabajo. Es muy difícil pensar que el matrimonio, con una vida dedicada al negocio prostibulario, haya cambiado radicalmente su modo de ganarse la vida. Por ahora instalaron quioscos en sus casas de calle Suipacha y hace pocos días en el viejo edificio del hotel Crillón.